Es necesario un cambio profundo de liderazgos políticos y sindicales en nuestro país, con nuevos interlocutores y nuevas políticas sociales, que den confianza a nuevas empresas a instalarse aquí y se puedan crear puestos de trabajo con sueldos y condiciones laborales dignas para todas las personas trabajadoras. Sin acción sindical no recuperaremos ninguno de nuestros derechos sociales perdidos o aminorados durante todos los años de crisis. Es imprescindible una reforma laboral integral, de los contratos, fiscal y de la negociación colectiva que nos permita recuperar el terreno perdido y que sea más protectora de la parte más débil de la relación laboral.